Aprender a dormir: Normas básicas para una buena higiene del sueño
20 de enero de 2016
Por Jose Antonio Villen
De los trastornos del sueño, el más habitual entre los universitarios es el insomnio, concretamente la dificultad para iniciar el sueño. Un 30% de los tienen una calidad del sueño inadecuada, lo cual puede repercutir seriamente en el rendimiento académico y la salud mental.
El sueño es una necesidad básica, tan importante como lo puede ser comer y beber, sin embargo a veces no se le da la importancia que realmente tiene. Durante el sueño se produce una recuperación tanto física (durante el sueño de ondas lentas) como cognitiva (durante el sueño REM). Además se eliminan residuos celulares y se produce la consolidación en la memoria de las experiencias vividas durante el día. De hecho, durante un día de estudio, los patrones de actividad eléctrica cerebral que se han producido para procesar la información se repiten de forma exacta durante el sueño. En otras palabras, cuando dormimos repetimos la información aprendida, por lo que dormir es como hacer un repaso de todo lo estudiado, lo cual redundará en unas huellas mnésicas mejor consolidadas.
En ocasiones los trastornos del sueño se producen por enfermedad psiquiátrica, pero la mayoría de las veces tienen su origen en una mala higiene del sueño. La higiene del sueño se refiere a las conductas que realizamos durante nuestro estado de vigilia y que tienen un impacto negativo en la calidad del sueño. Mediante unos sencillos cambios, el estudiante que sufre insomnio puede recuperar un funcionamiento normal en su descanso.
A continuación se describen los más destacados.