Beso: 168 músculos en movimiento y una cáscada de químicos directa al cerebro
5 de junio de 2019
Por Elsevier Connect
¿Por qué besamos? ¿Qué parte de nuestra cultura, de nuestro organismo y de nuestro entorno ha sido el responsable de este beso? ¿Cuál es la razón por la que lo interpreto de la forma en que lo hago? ¿Por qué me siento como me siento? En realidad para cada persona un beso tiene miles de connotaciones diferentes.
Nuestro cuerpo se coordina
Más de un centenar músculos se ponen en marcha para impulsar esta danza coordinada a la perfección. Concretamente, en un beso participan 34 músculos de la cara, además de otros 134 de otras partes del cuerpo para adoptar una postura adecuada.
Si bien no toma demasiado iniciar un beso, hay una serie de detalles en el mecanismo detrás de él. El músculo que no puede faltar es el orbicular de los labios, pero sería un beso en extremo simple si no participaran en él otros músculos como los encargados de mover los labios en diferentes direcciones: cigomáticos mayor y menor, el elevador del labio superior, depresor del labio inferior y depresor del ángulo de la boca; aquellos que nos permiten abrir y cerrar la boca como el pterigoideo lateral, pterigoideo medial, masetero y temporal; y músculos linguales como el geniogloso, palatogloso, estilogloso e hiogloso que permiten justamente mover la lengua en caso de que se necesitase. Además de estos músculos, se involucran muchos otros al momento de cerrar los ojos, de mover la cabeza y el cuello para no chocar con la otra persona; y eso sin mencionar todos los demás que se necesitan para estar sentados o parados y para abrazar o tomar de la mano (entre otras cosas que suceden) durante el beso. Puede sonar como un proceso que implica mucho trabajo pero quizás las sensaciones que desencadena hagan que valga la pena. (Wilson, s.f.)
Sensaciones
Hablando de sensaciones, tenemos que dar crédito al nervio facial que lleva los impulsos obtenidos en nuestro rostro, labios y lengua hacia el cerebro. Una vez que se ha producido esto, una cascada de químicos se produce y libera -como respuesta- en todo nuestro cuerpo. Es por estos productos que nos sentimos como nos sentimos al besar. Podemos agradecer a la oxitocina por el vínculo que creamos con la otra persona, a la dopamina por el placer resultante, a la serotonina por los sentimientos felices y optimistas, y a la adrenalina por efectos más bien físicos como un aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria, entre otros. (Wilson, s.f.) ¡Con resultados tan positivos, no es una sorpresa que las personas lo disfruten!
Hay muchos otros elementos que poseen roles importantes al besar, desde factores psicológicos que influyen en nuestra manera de percibir un beso, hasta la química de la atracción por la otra persona; haciendo que cada uno sea indiscutiblemente único.
Al fin y al cabo no importa mucho cómo ni por qué lo damos, un beso, desde el más simple al más complejo, suele ser bueno y en su día internacional merecemos celebrarlo.
Aspecto cultural
De ninguna forma espero robar el encanto de lo que usualmente se toma como una de las mayores muestras de cariño y unión, pero creo que si tratamos a un beso como monosémico, nos estaríamos privando de algo mucho más amplio. Parece ser una buena oportunidad de examinar un poco qué hay más allá del acto de besar a nivel cultural. Cada beso nace de una serie única de circunstancias, no es lo mismo besar a alguien en Rusia que en Ecuador y definitivamente, un beso no necesariamente se da por amor.
Empecemos por el lugar de donde venimos. Es conocido que en América del Sur el contacto físico no es algo extraño, pertenecemos a una cultura cálida que añora afecto, nos sentimos cómodos al adentrarnos en el espacio personal de nuestros vecinos y quizás es por esto que besar es cotidiano, es parte de cada saludo y despedida, se da a cada miembro de la familia, lo damos por educación, amistad y claro, romance. En contraste, podemos examinar a otras culturas que no se comportan de la misma manera, por ejemplo, las culturas islámicas, donde la interacción entre hombres y mujeres se ve muy limitada y el contacto físico en público está usualmente prohibido, por lo que observar un beso es algo fuera de lo común; o aquellas pertenecientes a Europa del Este en las que el uso del beso es bastante variado: algunas mantienen el énfasis puesto en el uso discreto de expresiones de afecto como ciertas regiones de Inglaterra en las que saludar con beso es algo extraño, y otras que han adoptado el beso como algo normal y diario como en los Países Bajos donde un solo beso no basta para saludar, se acostumbra dar tres. (Futurescopes, s.f.)
Autora: Ana Lucía Salvador, SOCIES UIDE, Miembro AEMPPI Ecuador
Referencia:
-Futurescopes. (s.f.). Kissing in Various Cultures. Recuperado el 2018, de Futurescopes: http://www.futurescopes.com/romance/kissing/4012/kissing-various-cultures
-National Geographic en Español. (3 de Febrero de 2017). ¿Cuántos músculos se usan en un beso? Recuperado el 2018, de National Geographic en Español- Dato del día: http://www.ngenespanol.com/el-mundo/dato-dia/17/02/3/-cuantos-musculos-se-usan-en-un-beso-/
-Wilson, T. V. (s.f.). How Kissing Works. Recuperado el 2018, de How Stuff Works: https://people.howstuffworks.com/kissing.htm