Desde la ampliación de competencias a la tecnología como eje de la transferencia en Enfermería
14 de febrero de 2023
Informe sobre las conclusiones del panel de expertos 'Conocimiento y tecnología. El reto de la transferencia para un cuidado enfermero de calidad' organizado por Elsevier, FUDEN y UCM. Por Elsevier Connect
Los profesionales de Enfermería son piezas clave para la transferencia a la práctica clínica del conocimiento y evidencia que emerge de los resultados de la investigación y la práctica. Para ello, es imprescindible potenciaren la enfermería la ampliación de competencias de forma que puedan dar respuesta a los cambios en las necesidades sociales en salud, y, entre otras áreas, es estratégico el liderazgo de los procesos de transformación digital en las instituciones sanitarias.
La Fundación para el Desarrollo de la Enfermería (FUDEN), la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la Universidad Complutense de Madrid y Elsevier organizaron el pasado 27 de octubre un evento en el que se abordaron desde diferentes perspectivas los retos actuales en este sentido, con el marco de un panel de expertos del contexto clínico, gestión, docencia e investigación.
Presentamos ahora el informe con todos los temas que se abordaron en profundidad y las conclusiones 'Conocimiento y tecnología. El reto de la transferencia para un cuidado enfermero de calidad' se abre en una nueva pestaña/ventana en donde un destacado panel de referentes de la profesión abordó de forma apasionante el presente de la profesión y sus retos futuros.
Participaron en este foro: Francisco Represas, enfermero jefe de servicio de planificación sanitaria, de la Dirección General de Planificación y Reforma Sanitaria de la Consejería de Sanidad de la Xunta de Galicia; Esther Martínez Miguel, enfermera es-pecialista en pediatría y directora del Grado de Enferme-ría de la Facultad de Ciencias de la Vida y la Naturaleza de la Universidad Nebrija; Ignacio Zaragoza, responsable de Simulación de la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la Universidad Complutense de Madrid; Zulema Gancedo, gestora de Enfermería y profesora de Grado para la Práctica Avanzada de Enfermería Gim-bernat (UAB); Javier Pérez Rivas, enfermero Comunitario y en Gestión de los Servicios de Enfermería y profesor de la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la Universidad Complutense de Madrid; y Ana Belén Salamanca, enfermera del Hospital 12 de Octubre, de Madrid, y directora de la revista Nure Investigación en Fundación para el Desarrollo de la Enfermería.
En la apertura del evento, la directora de FUDEN, Amelia Amezcua, comentó que “tanto FUDEN como Elsevier como la Universidad Complutense de Madrid somos proveedores de formación y generadores de conocimiento a través de diversos medios , y hacemos llegar todo ese conocimiento a la comunidad enfermera. Pero sin duda, el más valioso de los medios que tenemos para comunicar ciencia, el que tiene un mayor impacto emocional y genera un aprendizaje más significativo y duradero, no es una revista ni ninguna pantalla: son las personas”.
La importancia y la evolución de la transferencia de los resultados de investigación en enfermería y el rol de las bibliotecas de la salud queda manifestado en las declaraciones de los co-organizadores. Cesar Manso expresaba que “La práctica profesional en enfermería exige una continua actualización de conocimiento, lo que convierte en imprescindible la adquisición de competencias en información. La biblioteca debe asumir responsabilidad e involucrarse en el proceso de enseñanza-aprendizaje de esta competencia, además de ofrecer herramientas y servicios para mejorarla. Las enfermeras deberían acudir a ella para abordar estos desafíos y maximizar su uso.” Para Oliver Martín “La forma de crear y transferir el conocimiento se ha transformado enormemente en los últimos años y las bibliotecas universitarias y sus profesionales no podemos ser ajenas a estos cambios. Debemos estar a la altura, permanecer alerta y adaptar constantemente nuestros conocimientos, recursos y servicios a las nuevas necesidades para seguir siendo útiles en el apoyo al aprendizaje, la docencia y la investigación de calidad”.
El informe aborda temas candentes en la profesióncon el objetivo de analizar desde diferentes perspectivas el nuevo escenario que se abre a los profesionales de enfermería y los principales aspectos implicados en esa transferencia de la evidencia a la práctica clínica enfermera.
Uno de los motores que impulsan la orientación de la enfermería hacia la investigación es la necesidad de dar respuesta a las nuevas necesidades de la población y la evolución en las competencias profesionales que supone.
"Habitualmente la ampliación de competencias no surge de la academia. Las necesidades de salud de la población cambian y los profesionales, de una manera fluida y natural, van adaptando su práctica clínica para dar respuesta a esas nuevas necesidades, y ahí es donde se produce esta ampliación de competencias, en este caso, de las relacionadas con la investigación”, apuntaba Esther Martínez Miguel.
En opinión de Ana Belén Salamanca, no todos los profesionales “tienen” que investigar, “pero las personas que estamos a pie de cama deberíamos ‘consumir’ investigación o basar nuestros cuidados en las mejores evidencias disponibles. Sin embargo, para ello tiene que generarse la necesidad de saber, de dudar, porque el conocimiento no es eterno, sino que va avanzando y cambiando”.
Para dar un impulso al pensamiento crítico y acortar la distancia entre la evidencia científica y la práctica clínica hay que actuar en dos direcciones, según Ana Belén Salamanca. Ambas direcciones aparecen desarrolladas en el informe.
También se destacó que es importante “preparar el terreno” favoreciendo la creación de una cultura de evidencia en la que,, como explica Javier Pérez Rivas, todos los implicados entiendan la importancia de incorporar esos cuidados basados en la evidencia a los servicios de salud: “Esa cultura de la evidencia tiene, además una serie de consecuencias positivas: disminuir la variabilidad en la práctica clínica, mejorar los resultados en salud, aumentar la seguridad del paciente, reducir costes y mejorar la satisfacción de las enfermeras”.
Por su parte Zulema Gancedo pone el foco en dos aspectos clave que se deben tener en cuenta en la adopción de la evidencia: la motivación de los profesionales y el compromiso de los gestores de las organizaciones sanitarias.
“Por otro lado, estamos hablando de transferencia del conocimiento, de la forma de hacer útil esa investigación, pero también hay que tener en cuenta los resultados en este sentido que las enfermeras deberíamos conseguir, es decir, al margen del impulso investigador, también deberían surgir resultados de nuestra práctica asistencial y ser capaces de analizarlos”, apunta Zulema Gancedo.
“Tecnología hay mucha, al igual que ocurre con la evidencia: es necesario saber clasificarla, reagrupar los artículos de evidencia y manejar la cantidad ingente de información. Y se debe hacer lo mismo con la tecnología, seleccionando y aprovechando aquella que es realmente útil, que aporta valor”, comenta Francisco Represas. “Además de seleccionarla, hay que saber utilizar la tecnología, y en este sentido la Inteligencia Artificial (IA) cada vez va a servir de más ayuda, hasta el punto de que pienso que la enfermería va a ser una de las profesiones más beneficiadas por la IA”, apunta el experto.”
Como ejemplo de la integración de la tecnología en la práctica enfermera en el contexto de la cultura de evidencia, Francisco Represas comenta el proyecto que el Sergas, en colaboración con Elsevier, está desarrollando dirigido a las enfermeras de Atención Primaria: “Se trata de una herramienta tecnológica diseñada para los profesionales que van a iniciarse en la práctica avanzada para resolver procesos clínicos de baja complejidad, sustentada en evidencia científica actualizada al momento. Esta solución indica a las enfermeras cómo resolver esos procedimientos clínicos de baja complejidad y está integrada a su vez en la historia clínica electrónica, que va a tener un algoritmo de decisión y un módulo específico para la enfermería de Atención Primaria dirigido a la resolución de forma autónoma de estos procesos. Así, a través de esta herramienta, se integra la evidencia de forma dinámica en los procedimientos de registro. No se trata de un problema estático sino que cambia de forma dinámica en función de la nueva evidencia”.
Para Ignacio Zaragoza, es indudable que la aportación de la tecnología ayuda bastante en ese objetivo de lograr un cuidado enfermero de calidad. “Concretamente, en el campo de la simulación, los últimos proyectos en el marco de esta transferencia están relacionados con la seguridad del paciente y también con la mejora de lo que ocurre en las consultas hospitalarias”.
Según Zaragoza, hay en marcha proyectos en los que la simulación se está revelando como una metodología clave.
Para finalizar, tal y como concluyó el moderador del evento, Ricardo Carrasco, enfermero y Gerente de Productos Soluciones Clínicas Elsevier, “ha habido muchos logros, pero son muchas las tareas que aún quedan por completar en enfermería. Cada una de las áreas de trabajo implicadas debe ir avanzando poco a poco para que las demás también avancen, ya que son muchas patas de la misma mesa, por lo que, si una de ellas falla, la mesa (esto es, la aplicación de la evidencia en el cuidado enfermero de calidad) queda inestable”.