Dolor durante el trabajo de parto y el alumbramiento
Spain | 24 de noviembre de 2022
Por Elsevier Connect
Aunque se considera que el trabajo de parto y el alumbramiento son procesos naturales, durante el parto las mujeres experimentan una gran cantidad de molestias y dolor significativos, así como otras sensaciones desagradables. A través de la obra Cuidados en enfermería materno-infantil abordamos este dolor, como un fenómeno muy individualizado, con componentes sensoriales y emocionales. Aunque la mayoría de las mujeres experimentan molestias o dolor durante el trabajo de parto y el alumbramiento, la intensidad de las molestias y la respuesta a las mismas son exclusivas de cada persona.
Dolor durante el trabajo de parto
El dolor y la incomodidad del parto tienen dos orígenes: visceral y somático. Durante la primera etapa del parto, las contracciones uterinas causan dilatación y borrado cervical. La compresión de las arterias que irrigan el miometrio durante las contracciones uterinas produce isquemia uterina (disminución del flujo sanguíneo y, por lo tanto, déficit local de oxígeno). Durante la primera etapa del parto, los impulsos dolorosos se transmiten a través de los segmentos de los nervios espinales T10 a T12 y L1 y los nervios simpáticos torácico inferior y lumbar superior accesorios. Estos nervios se originan en el cuerpo y el cuello uterinos.
El dolor visceral es el causado por la distensión del segmento uterino inferior, el estiramiento del tejido cervical a medida que se borra y se dilata, la presión y la tracción sobre las estructuras adyacentes (p. ej., trompas uterinas, ovarios, ligamentos) y los nervios, y la isquemia uterina durante la primera etapa del trabajo de parto. Se localiza en la parte inferior del abdomen. Se produce dolor referido cuando el dolor que se origina en el útero se irradia a la pared abdominal, el área lumbosacra de la espalda, las áreas ilíacas, el área glútea, los muslos y la parte inferior de la espalda.
Por lo general, durante la mayor parte de la primera etapa del parto, la mujer solo siente molestias durante las contracciones y no siente dolor entre estas. Algunas mujeres, especialmente aquellas cuyos fetos están en una posición posterior, experimentan dolor continuo en la parte inferior de la espalda relacionado con las contracciones incluso en el intervalo entre las contracciones. A medida que avanza el parto y el dolor se vuelve más intenso y persistente, las mujeres se fatigan y se desaniman, y muchas veces tienen dificultades para afrontar las contracciones.
Al final de la primera etapa del parto y en la segunda etapa, la mujer tiene dolor somático, que suele describirse como intenso, agudo, ardiente y bien localizado. Este dolor se debe a:
* Distensión y tracción en el peritoneo y los soportes del cuello uterino durante las contracciones.
* Presión contra la vejiga y el recto.
* Estiramiento y distensión de los tejidos perineales y el suelo pélvico para permitir el paso del feto.
* Laceraciones de los tejidos blandos (p. ej., cuello uterino, vagina y perineo).
Cuando las mujeres se concentran en el trabajo de empujar para dar a luz, pueden referir una disminución de la intensidad del dolor. Sin embargo, en algunas de ellas el dolor aumenta en esta etapa. Los impulsos de dolor durante la segunda etapa del trabajo de parto se transmiten por medio del nervio pudendo a través de los segmentos de los nervios espinales S2 a S4 y el sistema parasimpático.
*Textos e imágenes originales tomadas de la obra Cuidados en enfermería materno-infantil. Capítulo 17. 'Aumento de la comodidad de la mujer durante el parto'. Copyright © Todos los derechos reservados. Consigue esta obra a través de nuestras librerías especializadas.