Equilibrio hidroelectrolítico: volúmenes relativos de los tres líquidos corporales
30 de junio de 2021
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Con Estructura y función del cuerpo humano se abre en una nueva pestaña/ventana, de Kevin T. Patton, el profesional y estudiante de Ciencias de la Salud cubre todas las materias propias de un primer nivel de anatomía y fisiología, con una gran profusión de recursos pedagógicos como ejemplos y analogías que ayudan al estudiante a entender los conceptos más difíciles. Conceptos como el equilibrio hidroelectrolítico se explican de manera sencilla y muy visual, tal y como os compartimos a continuación con unos materiales y textos exclusivos de su última edición.
Equilibrio hidroelectrolítico
¿Alguna vez se ha preguntado por qué algunas veces excreta grandes volúmenes de orina, mientras que otras prácticamente no orina nada? ¿Por qué a veces tiene tanta sed que no consigue saciarla, mientras que otras no desea beber nada en absoluto? Estas situaciones y muchas más guardan relación con una de las funciones corporales más importantes: el mantenimiento del equilibrio hidroelectrolítico.
El término equilibrio hídrico indica homeostasis o constancia relativa de los niveles de líquido corporal, situación precisa para sobrevivir con salud. Esto implica que el volumen total y la distribución del agua en el cuerpo se mantienen normales y relativamente constantes. Los «aportes» o ingesta de agua se deben compensar con las «salidas». Si se produce una entrada de agua en el cuerpo por encima de las necesidades, tendrá que ser eliminada, mientras que, si las pérdidas son excesivas, resultará fundamental una reposición inmediata. Dado que el equilibrio hídrico alude a la homeostasis normal, un desequilibrio líquido implica que el volumen total de agua del cuerpo en uno o más de los compartimentos de líquido ha aumentado o disminuido por encima de las cantidades normales.
Los electrólitos son sustancias como las sales que se disuelven o rompen en solución acuosa y dan lugar a átomos con carga eléctrica (o grupos de átomos), que se denominan iones. El término equilibrio electrolítico alude a la homeostasis o constancia relativa de los niveles de electrólitos normales en los líquidos corporales.
Los distintos tipos de líquidos corporales realizan funciones distintas en las distintas regiones corporales. Para conseguirlo, en cada tipo de líquido corporal debe existir una concentración y tipo de electrólitos distintos dentro de un intervalo de normalidad muy estrecho. Por ejemplo, la sangre, la linfa, el líquido intracelular (LIC), el líquido intersticial (LI), el líquido cefalorraquídeo (LCR) y los líquidos articulares y oculares dependen todos de mecanismos homeostáticos complejos para ajustar y mantener unas concentraciones normales de los electrólitos.
La salud y en ocasiones incluso la propia supervivencia dependen del mantenimiento de un volumen y una distribución adecuados del agua corporal y de las concentraciones y tipos de electrólitos adecuados en su seno. En este capítulo se analizan de forma detallada los líquidos y los electrólitos corporales, los valores normales, los mecanismos que permiten mantener sus concentraciones normales y algunos de los tipos más frecuentes de trastornos hidroelectrolíticos.
Más información y referencias: Capítulo 19. 'Equilibrio hidorelectrolítico', Estructura y función del cuerpo humano se abre en una nueva pestaña/ventana 16ª edición. Imágenes y textos páginas 414-415 ó consúltalo a través de nuestra plataforma de formación interactiva ClinicalKey Student
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