El papel de la enfermera como defensora del paciente
15 de enero de 2019
Por Lois Gerber (Nursing)
Desde los días de Florence Nightingale, la defensa de los pacientes es una responsabilidad importante de la enfermería. Nightingale sentó las bases de la defensa de pacientes insistiendo continuamente en la calidad del cuidado, que incluye un entorno seguro y limpio y derechos humanos básicos para todos. Repasamos la figura de las enfermeras defensoras a través de un artículo reciente de la revista Nursing se abre en una nueva pestaña/ventana, cabecera de referencia en la difusión de información clínica y profesional de carácter práctico más reciente fundamentada en la evaluación progresiva de las necesidades de las enfermeras.
A pesar de su larga trayectoria, el papel de las enfermeras como defensoras de los pacientes no está bien entendido. Mientras que la defensa de pacientes se extiende al sistema social más amplio, este artículo se ciñe a la responsabilidad de defensa de las enfermeras a la hora de ofrecer cuidado directo a través de organizaciones hospitalarias y de cuidado doméstico o de los autónomos que trabajan de defensores de pacientes privados.
Definición de la función de defensa
Los defensores velan por los derechos e intereses de los pacientes y garantizan la seguridad de los que no pueden defenderse solos. Las defensoras garantizan el respeto por la autonomía y autodeterminación de los pacientes, haciendo de enlace entre los pacientes y el sistema sanitario; y también contribuyen al proceso de toma de decisiones de pacientes y familiares y hablan alto y claro cuando los problemas pasan desapercibidos, o cuando los pacientes o sus familiares no pueden o no van a remediarlos.
La defensa de pacientes se extiende a los familiares de los pacientes y a los sistemas de apoyo, que deberían incluirse en la atención de pacientes si se hace de forma positiva y con el consentimiento de los pacientes. Las enfermeras defensoras velan por los intereses del paciente a la vez que respetan el importante papel de los familiares.
Cuatro fases
El proceso de defensa tiene cuatro fases:
La primera es la evaluación de las necesidades, que se centra en el paciente, en la situación, en el marco, en los riesgos y en los recursos sanitarios disponibles. Es fundamental establecer relaciones terapéuticas con los pacientes para comprender sus intereses y valores personales, incluyendo lo que los hace únicos y lo que quieren y necesitan de los profesionales sanitarios.
El segundo paso es identificar los objetivos concretos de los pacientes. La mayoría de los objetivos de la defensa de pacientes se centran en incentivar la colaboración entre pacientes, familiares y profesionales sanitarios y a la vez reforzar a los pacientes en el proceso de toma de decisiones. Las enfermeras también pueden tener que traducir las políticas hospitalarias y la información clínica a un lenguaje comprensible.
El tercer paso es implementar el plan de defensa. Las defensoras de los pacientes facilitan la comunicación con todo el equipo sanitario sobre las preferencias de los pacientes. Incorporan objetivos identificados por los pacientes en el plan de atención y ofrecen orientación objetiva. Apoyan a los pacientes negociando y haciendo concesiones cuando surgen conflictos de interés, manteniendo la seguridad y la coordinación de la atención a lo largo del proceso de la enfermedad.
En el cuarto paso, las defensoras de los pacientes evalúan el resultado de su actividad defensora. Los estándares y ámbitos de la práctica de la American Nurses Association (ANA) recomiendan que las evaluaciones se basen en criterios, que sean sistemáticas, continuas y centradas en el logro de los resultados esperados. Estas evaluaciones deberían incluir al paciente, a los familiares, a los cuidadores y a otros miembros del equipo sanitario.
La defensa en el marco organizativo
El compromiso de la organización sanitaria con el fomento de la defensa de los pacientes por parte de las enfermeras es sumamente importante. Los gestores sanitarios deben mantener una cadena jerárquica eficaz. Las enfermeras clínicas tienen que saber cuándo comunicar inquietudes y cómo acceder a la cadena jerárquica. Deben tener garantizado el apoyo de sus jefes y de otras personas con cargos de liderazgo.
Otra estrategia importante es colaborar con médicos como colegas en lugar de concebirlos en una función autoritaria. Todas las enfermeras tienen la responsabilidad de velar por la seguridad de los pacientes y participar en las tareas de mejora de la defensa en la organización. Los programas de educación continua ampliarán la visión de las enfermeras.
Defensa de pacientes: modelo de negocio futuro
La defensa de pacientes independiente y privada es una profesión que está en crecimiento y que es muy apta para enfermeras. Estos profesionales independientes suelen estar remunerados directamente por los pacientes o sus familiares. La defensa privada de pacientes es un modelo de negocio futuro. Las enfermeras son las principales candidatas para este trabajo por su formación y su dedicación a la atención de calidad (más información se abre en una nueva pestaña/ventana y recursos formativos se abre en una nueva pestaña/ventana).
Para acabar, destacar que la defensa es una conducta proactiva que mejora o corrige una situación, en lugar de comunicar que algo no ha ido bien. Asegurarse de que los pacientes tienen autonomía para dirigir su atención médica es una función de enfermería exigente que requiere coraje moral, habilidades y conocimientos clínicos.
Clic aquí para acceder al artículo completo se abre en una nueva pestaña/ventana