Etiología de la disfagia orofaríngea en niños

El pasado mes de septiembre presentábamos Abordaje de la disfagia pediátrico-neonatal, una obra única, que surge "del deseo de reducir la brecha exis­tente entre la investigación y la práctica clínica diaria, lo que hoy en día se conoce como «transferencia en salud», y que supone un desafío en el manejo terapéutico actual".  Tal y como os contábamos, esta obra pretende aportar su grano de arena a las publicaciones en lengua española con 21 capítulos que abordan temas como la deglución intraute­rina, el periodo posnatal, la lactancia, las alteraciones de la motilidad, la vía aérea, la cirugía maxilofacial y las situaciones al final de la vida en pacientes pediátricos, entre otros.

Hoy compartimos nuevo contenido original y exclusivo, con dos visuales sobre la etiología de la disfagia orofaríngea en niños.

La causa de la disfagia puede ser secundaria a una única patología, pero habitualmente es multifactorial, como resultado de una confluencia de condiciones comórbidas, con características variables y muy heterogénea. Determinar su causa es vital para ofrecer una intervención apropiada.

Puede presentarse de manera congénita o adquirida (ver infografía anterior), y es estática o progresiva según la evolución natural de la patología de base o la intercurrencia de la epilepsia, que en el caso de dificultad en el control de esta genera modificaciones en el estado basal del paciente; así mismo, también puede clasificarse según su severidad, el tipo de densidad o la textura con la que presenta dificultad o la región afectada.

La clasificación según la patología de base podemos agruparla en:

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  Afectación del sistema nervioso central de tipo congénito: parálisis cerebral infantil.

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  Afectación del sistema nervioso central adquirido: encefalopatía hipóxica-isquémica o encefalopatías infecciosas o metabólicas.

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  Afectación del sistema nervioso periférico: enfermedades neuromusculares, miopatías desmielinizantes, etc.

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  Síndromes genéticos.

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  Patología oncológica.

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  Enfermedades cardiovasculares.

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  Patología digestiva.

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  Alteraciones craneofaciales.

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  Prematuridad.

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  Daño cerebral adquirido.

En relación con la distribución por grupos de pacientes, podemos encontrar entre los que se citan a continuación los más representativos en la edad pediátrica.