Células implicadas en las reacciones alérgicas
Spain | 21 de agosto de 2019
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Las células secretoras de citocinas tipo 2 (linfocitos Th2 y posiblemente ILC2), los mastocitos, los basófilos y los eosinófilos son las principales células efectoras de las reacciones de hipersensibilidad inmediata y de las enfermedades alérgicas. Aunque cada uno de estos tipos celulares tiene características únicas, todas ellas secretan mediadores de las reacciones alérgicas. Los mastocitos, los basófilos y los eosinófilos, a diferencia de los linfocitos Th2 y de las ILC, tienen gránulos citoplásmicos que contienen aminas y enzimas preformadas, y los tres tipos celulares producen mediadores lipídicos y citocinas que inducen la inflamación. Descubre las propiedades y morfología de estos tres últimos a través del título clave Inmunología celular y molecular se abre en una nueva pestaña/ventana, 9ª ed.Abbas, A.K.
Propiedades de los mastocitos y los basófilos
Todos los mastocitos derivan de progenitores de la médula ósea. Normalmente no se encuentran mastocitos maduros en la circulación. Los progenitores migran a los tejidos periféricos en forma de células inmaduras y allí se diferencian en respuesta a señales bioquímicas locales, incluido el factor de célula troncal producido por las células tisulares, que se une al receptor c-Kit situado en el precursor del mastocito. Los mastocitos maduros se encuentran por todo el cuerpo, sobre todo cerca de los vasos sanguíneos y los nervios, y por debajo del epitelio. También están presentes en los órganos linfáticos. Los mastocitos humanos tienen una forma variable y núcleos redondos, y el citoplasma contiene gránulos rodeados de membrana y cuerpos lipídicos. Los gránulos contienen proteoglucanos ácidos que se unen a pigmentos básicos.
Los mastocitos activados secretan varios mediadores responsables de las manifestaciones de las reacciones alérgicas. Entre ellas están sustancias que se almacenan en los gránulos y se liberan rápidamente tras la activación y otros que se sintetizan y secretan después de la activación. Se han descrito dos subgrupos principales de mastocitos, uno se encuentra en la mucosa del tubo digestivo y del sistema respiratorio y el otro en los tejidos conjuntivos. Los mastocitos mucosos tienen sulfato de condroitina y triptasa abundantes, y poca histamina, en sus gránulos, y en los seres humanos se encuentran en la mucosa intestinal y en los espacios alveolares en el pulmón. Los mastocitos del tejido conjuntivo tienen abundante heparina y proteasas neutras en sus gránulos, producen grandes cantidades de histamina y se encuentran en la piel y en la submucosa intestinal. No obstante, es posible que todos los mastocitos tengan estas propiedades con algunas variaciones cuantitativas que no son características de subgrupos estables y distintos.
Los basófilos son granulocitos sanguíneos con similitudes estructurales y funcionales con los mastocitos. Como otros granulocitos, los basófilos derivan de progenitores de la médula ósea (que son diferentes de los precursores de los mastocitos), maduran en la médula ósea y circulan en la sangre. Los basófilos constituyen menos del 1% de los leucocitos sanguíneos. Aunque normalmente no están en los tejidos, los basófilos pueden reclutarse en algunas zonas inflamatorias. Los basófilos contienen gránulos que se unen a pigmentos básicos y son capaces de sintetizar muchos de los mismos mediadores que los mastocitos. Como los mastocitos, los basófilos expresan el receptor para el Fc ε (Fc ε RI), se unen a la IgE y pueden activarse por la unión del antígeno a la IgE. Por tanto, los basófilos reclutados en los tejidos donde está presente el antígeno pueden contribuir a las reacciones de hipersensibilidad inmediata.
Propiedades de los eosinófilos
Los eosinófilos son granulocitos derivados de la médula ósea que abundan en los infiltrados inflamatorios de las reacciones de fase tardía y participan en muchos de los procesos patológicos de las enfermedades alérgicas. El GM-CSF, la IL-3 y la IL-5 promueven la diferenciación del eosinófilo a partir de los precursores mielocíticos en la médula ósea y, después de madurar, circulan en la sangre. Los eosinófilos están presentes normalmente en los tejidos periféricos, especialmente en los recubrimientos mucosos de los sistemas respiratorio, digestivo y genitourinario, y su número puede aumentar por el reclutamiento en el ambiente de la inflamación. Los gránulos de los eosinófilos contienen proteínas básicas que se unen a pigmentos ácidos, como la eosina.
Las citocinas producidas por los linfocitos Th2 promueven la activación de los eosinófilos y su reclutamiento en las zonas de reacción de fase tardía. Los linfocitos Th2 y el grupo 2 de ILC son fuentes de la IL-5. La IL-5 es una potente citocina activadora del eosinófilo, que potencia la capacidad de los eosinófilos de liberar el contenido de sus gránulos. Sin esta citocina (p. ej., en ratones con genes de la IL-5 inactivados), hay una deficiencia en el número y funciones del eosinófilo. Los eosinófilos se reclutan en las zonas de reacción en fase tardía, así como en las zonas de infección helmíntica, y su reclutamiento está mediado por una combinación de interacciones entre moléculas de adhesión y quimiocinas. Los eosinófilos se unen a las células endoteliales que expresan la selectina E y la VCAM-1, el ligando para la integrina VLA-4. La IL-4 producida por los linfocitos Th2 puede aumentar la expresión de moléculas de adhesión para los eosinófi los. El reclutamiento de eosinófilos y su infiltración en los tejidos también dependen de la quimiocina eotaxina (CCL11), que producen las células epiteliales en los lugares de las reacciones alérgicas y que se une al receptor CCR3, el cual se expresa de forma constitutiva en los eosinófilos. Además, el producto del complemento C5a y los mediadores lipídicos PAF y LTB 4 producidos por los mastocitos, también funcionan como sustancias quimiotácticas para los eosinófilos.
Tras la activación, los eosinófilos liberan proteínas de los gránulos que son tóxicas para los microbios y que pueden dañar los tejidos normales. El contenido del gránulo de los eosinófios consta de hidrolasas lisosómicas que se encuentran en otros granulocitos, así como de proteínas específicas del eosinófilo que son particularmente tóxicas para los helmintos, incluidas la proteína principal básica y la proteína catiónica del eosinófilo. Estos dos polipéptidos catiónicos no tienen actividades enzimáticas conocidas, pero son tóxicos para los helmintos y las bacterias, así como para el tejido normal. Además, los gránulos eosinofílicos contienen peroxidasa del eosinófi lo, que es distinta de la mieloperoxidasa encontrada en los neutrófi los y cataliza la producción de ácido hipocloroso o hipobromoso. Estos productos también son tóxicos para los helmintos, los protozoos y las células del hospedador. Los eosinófilos activados, al igual que los mastocitos y los basófilos, producen y liberan mediadores lipídicos, como el PAF, las prostaglandinas y los leucotrienos cisteinílicos. Estos mediadores lipídicos derivados del eosinófilo pueden contribuir a los procesos patológicos de las enfermedades alérgicas. Los eosinófilos también producen diversas citocinas que pueden promover las respuestas inflamatorias y la reparación del tejido, pero no se conoce el signifi cado biológico de la producción de citocinas por el eosinófilo.