Instrucciones de higiene oral específicas para cada edad
Spain | 7 de agosto de 2018
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La idoneidad y efectividad de los procedimientos de higiene oral cambian a lo largo de nuestra la vida. Tomamos como referencia la última edición del McDonald y Avery. Odontología pediátrica y del adolescente se abre en una nueva pestaña/ventana para explicar las recomendaciones firmadas por expertos sobre higiene oral en el hogar específicas para cada edad.
Consejo prenatal
Realmente, el mejor momento para establecer un programa de prevención dental infantil es antes del nacimiento del niño. Esto es beneficioso por numerosas razones. Para una pareja que está esperando un hijo, en particular si es el primero, este es un momento de sus vidas en el que son más receptivos a las recomendaciones de salud preventivas. Estos futuros padres se vuelven muy conscientes de la dependencia de sus hijos hacia ellos durante toda su crianza y las necesidades de atención de salud. Los padres tienen un fuerte instinto para darles a sus hijos lo mejor. Asesorarlos en sus propios hábitos de higiene oral y el efecto que estos pueden tener en sus hijos como modelos ayudará a mejorar tanto la salud oral de los padres como la del niño.
Bebés (desde el nacimiento hasta el año de vida)
Las actividades de remoción de la placa dental deben comenzar cuando erupcionan los primeros dientes temporales. Algunos clínicos recomiendan la limpieza y el masaje de las encías antes de esto para ayudar a establecer una flora bucal favorable y ayudar a la dentición. Esta limpieza temprana deben realizarla totalmente los padres y debe efectuarse envolviendo el dedo con un cuadrado de gasa humedecida o una toallita alrededor del dedo y masajeando suavemente los dientes y las encías. El niño puede colocarse de diferentes maneras durante este procedimiento, pero acunar al niño con un brazo mientras se le masajean los dientes con la otra mano puede ser la forma más sencilla y transmite mucha seguridad al niño. Este procedimiento debería realizarse una vez al día. El uso de un dentífrico ni es ni necesario ni recomendable, puesto que la acción espumante de la pasta tiende a ser desagradable para el niño. Sin embargo, puesto que es posible la ingesta de flúor, puede ser beneficioso utilizar un limpiador dental de goma y sin flúor.
La primera visita del niño al odontólogo debe tener lugar durante este período. Estas primeras visitas dentales son también el momento de que el niño se familiarice con el entorno dental, el personal y el dentista, lo que hará que cualquier tratamiento dental futuro le genere menos ansiedad.
De 1 a 3 años
Durante la “época de los primeros pasos”, debe introducirse el cepillo de dientes en el procedimiento de la remoción de la placa si no se realizó previamente. Debido a la incapacidad de los niños para expectorar y a la posibilidad de ingesta de flúor, se puede realizar una introducción cuidadosa y mínima de un dentífrico fluorado en los niños de 2 y 3 años.
Suele ser innecesario el uso de instrumentos adicionales para el control de la placa, pero puede ser necesario el uso de la seda dental si existen contactos interproximales cerrados.
De 3 a 6 años
Aunque los niños en el rango de edad preescolar empiezan a demostrar mejoras significativas en su capacidad para manipular el cepillo de dientes, sigue siendo responsabilidad de los padres ser el principal proveedor de los procedimientos de higiene oral. Con demasiada frecuencia, los padres de estos niños sienten que el niño ha adquirido las habilidades necesarias para limpiarse los dientes. Es importante recalcarles a los padres que deben seguir lavándoles los dientes a sus hijos. Aunque la ingesta de flúor sigue siendo una preocupación para este grupo de edad, durante este tiempo la mayoría de los niños desarrollan la habilidad para expectorar adecuadamente la pasta de dientes. Hasta que esto ocurra, es importante que los padres utilicen en el cepillo de dientes la cantidad de pasta equivalente a un guisante
Además, es durante esta edad cuando se debe empezar el uso de la seda dental. En la dentición temporal, es en los contactos posteriores donde únicamente puede ser necesario el uso de la seda. El cierre de los espacios entre los molares temporales tiende a ocurrir en algún momento cerca del inicio de este rango de edad. Sin embargo, si cualquier área interproximal tiene contacto de diente a diente, se hace necesario pasar la seda dental diariamente en esa área. Es también durante esta etapa cuando pueden introducirse los geles y colutorios de flúor para su uso doméstico.
De 6 a 12 años
La etapa de 6 a 12 años está marcada por la aceptación de responsabilidades cada vez mayores por parte de los niños. Durante este tiempo los niños tienden a asumir más responsabilidades respecto a las tareas escolares y las tareas del hogar. Además, los niños pueden empezar a asumir más responsabilidades respecto a la higiene oral. Aún es necesaria la implicación de los padres. Sin embargo, en lugar de realizar la higiene oral, pueden pasar a la supervisión activa. En la segunda mitad de esta etapa, la mayoría de los niños pueden llevar a cabo la higiene oral básica (cepillado y pasar la seda dental). Los padres pueden tener que cepillar o pasarles la seda a sus hijos en ciertas áreas difíciles de alcanzar de la boca o si hay un problema de obediencia. Los padres han de inspeccionar regularmente los dientes de sus hijos para asegurarse de su limpieza. Una ayuda útil es el uso de un agente revelador de placa. Una vez que el niño se ha cepillado y pasado la seda dental, se utiliza el agente revelador y el padre puede comprobar fácilmente si queda placa y ayudar al niño a eliminarla. A esta edad, la ingesta de materiales fluorados, como dentífricos, geles o colutorios, no es una preocupación tan importante debido a que estos niños expectoran bien. Ciertamente, el uso de dentífricos fl uorados es esencial, pero los enjuagues y geles fl uorados pueden reservarse para los niños con alto riesgo de caries. Además, puede introducirse el uso de clorhexidina o Listerine en pacientes con riesgo de caries y enfermedad periodontal, aunque algunos niños que podrían benefi ciarse de estos agentes químicos encuentran su uso desagradable.
De 12 a 19 años
Aunque el paciente adolescente por lo general ha desarrollado las habilidades para practicar unos procedimientos de higiene oral adecuados, el cumplimiento es un problema importante a esta edad. Griffen y Goepferd señalan que puede ser complicado motivar a un adolescente a asumir responsabilidades relacionadas con la higiene oral por las reacciones de rebelión contra la autoridad externa y por cierta incapacidad para apreciar las consecuencias a largo plazo. La investigación de Macgregor y Balding de 4.075 niños de 14 años sugiere una relación positiva entre la autoestima y las prácticas de cepillado y la motivación para el cuidado bucal en adolescentes. La autoestima disminuye entre los 11 y los 14 años, y después aumenta gradualmente hacia la edad adulta, lo que no hace difícil entender por qué disminuye el control de la placa en estos pacientes. Además, los malos hábitos dietéticos y los cambios hormonales durante la pubertad aumentan el riesgo de caries e inflamación gingival en los adolescentes. Por tanto, es importante que los profesionales y los padres ayuden y guíen a los adolescentes a medida que progresan a través de esta difícil etapa. Destacar la mayor responsabilidad de los niños como adultos jóvenes sin parecer autoritario puede ayudarles a aceptar su nuevo papel. Los padres deben estar preparados para adaptarse a la personalidad cambiante de su hijo y a seguir reforzando la necesidad del cuidado y la higiene orales. El aumento del conocimiento de los adolescentes respecto al control de placa y las enfermedades orales, así como apelar a su aspecto, puede ayudar también a motivarlos.
La obra
Nueva edición de la obra de referencia en la disciplina se abre en una nueva pestaña/ventanaen la que se abordan de forma exhaustiva los procedimientos odontológicos más comunes como el desarrollo, la morfología, la erupción dentaria y a la aparición de caries.
Los temas tratados más ampliamente son los procedimientos en prostodoncia, odontología restauradora, traumatología, oclusión, gingivitis y enfermedad periodontal y temas de odontología estética.
El texto se divide en 5 grandes partes que engloban a un total de 31 capítulos de estructura muy homogénea y con una carga iconográfica de alta calidad incluyendo más de 1.000 ilustraciones entre las que destacan fotografías clinicas, imágenes de radiodiagnóstico y esquemas a todo color.
Libro dirigido tanto a estudiantes de Odontología que cursan la asignatura de Odontología (asignatura troncal obligatoria en el grado de Odontología) como a estudiantes de posgrado y máster y a profesionales como libro de consulta.