NANDA-I 2024-2026. Mejora en la identificación de necesidades de cuidado: una herramienta precisa para la docencia e investigación en enfermería

De este modo, el salto cualitativo de NANDA-I 2024-2026 como instrumento de ayuda al diagnóstico es más que notable. Las enfermeras disponen de una herramienta más precisa y exacta para la identificación de las necesidades de cuidado prioritarias de las personas a las que atienden. Esto incide directamente en una mejor aplicabilidad del lenguaje diagnóstico a las distintas realidades asistenciales donde trabajan las enfermeras. Así mismo, las posibilidades para la docencia y la investigación, incluso para el ámbito de la gestión de cuidados, son notorias al disponer en la actualidad de enunciados más claros y concretos, que facilitan la comprensión y descripción de los fenómenos de interés para las enfermeras, las respuestas humanas.

Se presentan en total 277 enunciados diagnósticos, de los cuales 56 son nuevos, mientras que otros 46 han sido retirados. Entre los nuevos, 29 son de riesgo y 6 de promoción de la salud. Por otro lado, 123 diagnósticos han sido revisados y en 98 etiquetas se realizaron cambios en su enunciado o nombre. He ahí otra prueba sobre el volumen de los cambios y novedades. Entre las novedades relevantes, encontramos que junto a cada etiqueta aparecen los términos MeSH asociados según sus conceptos principales. Además, toda la clasificación diagnóstica ha sido trabajada en un lenguaje inclusivo. Al observar la tipología encontramos que, entre los 277 diagnósticos, 135 (49%) son focalizados en problemas y el resto son potenciales, tanto de riesgo como de promoción de la salud, 110 (40%) y 32 (12%) respectivamente.

Según la estructura taxonómica de NANDA-I, en 13 dominios, 56 diagnósticos se encuentran en el dominio de Seguridad Protección, seguido por los dominios Promoción de Salud y Actividad Reposo, con 38 diagnósticos cada uno. Esto significa que prácticamente la mitad de los diagnósticos de la clasificación actual de NANDA-I se encuentran en alguno de estos tres dominios que, además, representan muy bien las áreas de necesidades de cuidado que aborda una enfermera habitualmente en su rol asistencial.

Otra de las novedades importantes es la mejora de aquellos enunciados diagnósticos que describían síntomas principalmente. Por ejemplo, ansiedad, estrés por sobrecarga o diarrea, entre otros. Ahora estos diagnósticos, de cara también a incluir información de más de un eje, entre los siete contenidos en la taxonomía, añaden la "medida" o magnitud de dicha sintomatología. Por ejemplo, el diagnóstico Ansiedad ahora se reconoce como Ansiedad excesiva, habiéndose producido un cambio en su etiqueta que refleja esta condición.

Por todo lo anteriormente expuesto, y por muchas razones más que por cuestiones de espacio no podemos detallar en estos momentos, recomendamos a las enfermeras profesionales independientemente de su rol (asistencial, docente, investigador, gestor), que profundicen nuevamente en el conocimiento de la taxonomía diagnóstica de NANDA-I, que la prueben en la aplicación de planes de cuidados y casos clínicos, que discutan sobre ella en sesiones de equipo o formativas y que, sobre todo, contribuyan a seguir mejorándola con nuevas investigaciones que hagan realidad el uso habitual en la práctica asistencial de los diagnósticos enfermeros de NANDA-I, 2024-2026, con beneficios directos para los pacientes y sus familias.