Retos de la formación universitaria en Ciencias de la Salud: digitalización e innovación
Spain | 2 de junio de 2021
De la mano de diferentes figuras dentro de las instituciones educativas, el pasado 27 de mayo debatimos sobre los retos, oportunidades y desafíos de la enseñanza en Ciencias de la Salud hoy. En este debate online, moderado por Alicia Pérez, Head of Content Education Spanish Language Markets de Elsevier, nos acompañaron José Vicente Lafuente Sánchez, Vicedecano de Innovación, Coordinación y desarrollo de Grados de la Universidad del País Vasco; Elena Saurí, Licenciada en Documentación y Directora de la Biblioteca-CRAI, Universidad CEU Cardenal Herrera; Azucena Pedraz, Profesora de Enfermería de Universidad Autónoma de Madrid (UAM); y Jorge Trebolle, estudiante de 5º de Medicina en la Universidad de Santiago de Compostela.
Impacto de la tecnología durante la pandemia en la enseñanza tradicional
La pandemia ha puesto en primera línea el uso de las tecnologías en la enseñanza en Ciencias de la Salud. Para Azucena Pedraz, "estas nuevas tecnologías han llegado para quedarse. Pero lo que no está tan claro es que vayamos a un modelo único puramente virtual. Creo que vamos hacia modelos híbridos en los que la relación docente-estudiante, basada antes en una interacción en tiempo real y con presencia física, va a seguir estando de alguna manera".
"Estas nuevas tecnologías han llegado para quedarse. Pero lo que no está tan claro es que vayamos a un modelo único puramente virtual. -Azucena Pedraz"
Retos de la formación universitaria en Ciencias de la Salud: digitalización e innovación
Para Azucena Pedraz el sistema educativo tiene una ventaja frente a otros, como el sanitario, "en el que la brecha digital con las personas mayores es más grave. En la enseñanza no nos ocurre esto al tratarse de una población, en este caso la universitaria, que está acostumbrada a usar las nuevas tecnologías".
Elena Saurí considera que, si bien todo indica que nos dirigimos hacia esos formatos híbridos, pero sin olvidar el valor de la presencialidad, "algo que enriquece el proceso de aprendizaje del alumno. Además el universitario no puedo perder algo tan importante como la sociabilidad". Lo que sí se 'romperá' serán las clases lineales, es decir, "tendrán que cambiarse las metodologías, como las clases invertidas o la gamificación; o el que a los alumnos se les plantee un reto y del trabajo en equipo y la investigación puedan ir sacando conocimientos".
Es cierto que contamos ahora con muchos más recursos que la pizarra, la tiza y la diapositiva, pero no todas las nuevas tecnologías valen para la enseñanza. -Vicente Lafuente Sánchez
"El ser humano está en continuo cambio y la COVID ha sido más un escalón que la pendiente normal", apunta Vicente Lafuente Sánchez. "La necesidad es la madre de las grandes adaptaciones. Y el primer paso de esa adaptación es adaptar lo que hacemos al nuevo entorno, y eso es un error, porque la tecnología requiere de otro tipo de enseñanza". Llegados a este punto, para Vicente Lafuente, el gran reto de los docentes "es generar nuevas formas de hacer esa misma función, utilizando esas nuevas herramientas que tienen una gran potencialidad. Pero hay un segundo reto que no debemos olvidar: utilizar estas tecnologías cuándo y para qué. Es cierto que contamos ahora con muchos más recursos que la pizarra, la tiza y la diapositiva, pero no todas las nuevas tecnologías valen para la enseñanza, y podemos tener la tentación de querer utilizarlas todas".
Para Jorge Trebolle la evolución y los cambios en los métodos de enseñanza a raíz del impacto de la COVID ha sido más que evidente: "Yo tenía profesores el año pasado que llegaban a clase y se ponían a hablar y no utilizaban ni siquiera la pizarra o una diapositiva. Esta crisis ha mostrado a estos profesores que mantenían estos modelos una posibilidades más amplias. Creo que es una oportunidad que hay que aprovechar".
La Universidad como motor de cambio (tecnológico)
"La Universidad ha apostado por este salto tecnológico", confirma Elena Saurí, "en nuestro caso, empezando por una fuerte inversión económica. Pusimos a disposición de nuestra comunidad las aulas hyflex, que permite que, a través de varias pantallas, pueda haber alumnos presenciales y otros desde su casa, que puede cambiar de cámara o crear grupos de trabajo. Pero tras la inversión vino la formación con los propios alumnos y, sobre todo, con los profesores. Ellos mismos fueron los embajadores digitales para ayudar a sus compañeros a transpolar su enseñanza tradicional a la digital; creando un aula abierta, un espacio para compartir experiencias y consejos".
Esta crisis ha mostrado a estos profesores que mantenían estos modelos una posibilidades más amplias. Creo que es una oportunidad que hay que aprovechar. Jorge Trebolle
Este salto tecnológico ha llevado dos velocidades, como indica Vicente Lafuente Sánchez, dependiendo de si es una universidad pública o privada. "Yo, desde un centro público, he de decir que cuesta muchísimo cualquier tipo de decisión que tenga que ver con una fuerte inversión como de las que estamos hablando, aunque estén justificadísimas, como es el caso. Así que ha tenido que venir una pandemia para decirnos 'o se invierte en esto, o nos cargamos el curso'. Por otro lado está la formación. Cuando nos enfrentamos a las herramientas informáticas lo hacemos frente a algo que no tenemos suficientemente en valor, y son los ritmos de aprendizaje. Nuestras vías de aprendizaje son diferentes. La cantidad de información es tan brutal que no tenemos ni tiempo ni capacidad para digerirla: el silicio lleva un ritmo, y el carbono -nosotros- otro, no lo olvidemos".
Retos de futuro en la enseñanza y el aprendizaje
Jorge Trebolle apunta como reto "fundamental" la coordinación en la formación continuada, tanto del alumno como del profesor, "para que todo el mundo pueda asumir la incorporación de estas tecnologías. Que, por ejemplo, todas las asignaturas de un mismo curso se desarrollen de una manera coordinada". Elena Saurí subrayaba esa coordinación de Jorge Trebolle, pero sumaba algunos otros, "como el acceso a los estudiantes en una formación 100% virtual, donde se pierde la atención y el interés del alumno. Hay que definir muy bien cómo llegar al alumno. Otro reto es la actualización de los contenidos y adaptarlos a los nuevos tiempos. Y para acabar, los aspectos legales en la utilización de estas tecnologías. Debe estar muy bien regulado, porque estamos hablando de la utilización de datos sensibles, como pueden ser los datos sanitarios. El uso ético de todas esas tecnologías, debe estar regulado, no sé si por el Gobierno, y que se les enseñara a los alumnos desde el principio como una asignatura más".
La utilización de estas tecnologías debe estar muy regulada, porque estamos hablando de la utilización de datos sensibles. -Elena Saurí
De cara al futuro, Azucena Pedraz considera que "se está quedando obsoleto el modelo de asignaturas en las que el aprendizaje es parcelado. Lo que podemos hacer es utilizar las nuevas tecnologías para vehicular un aprendizaje integral en el que además el estudiante tiene autonomía para decidir qué quiere aprender y cómo. Y llegados a este punto considero que tenemos dos grandes retos: el primero es la inversión, y el segundo es la formación a los docentes. Ellos no pueden empezar a hacer innovación como el que está jugando. Creo que llegaremos lejos con ello, pero nos queda un poco de camino por recorrer todavía".
El punto y final a la sesión lo puso Vicente Lafuente Sánchez, para quien el principal de futuro es "identificar para utilizar cada herramienta para aquello que es lo más adecuado. Y ahí la universidad, como distribuidora de contenidos y conocimientos, quedó obsoleta ya hace muchos años. La función de la universidad no es la distribuir conocimientos como tales, porque eso siempre ha estado en los libros, y con internet, están accesibles en cualquier sitio. La universidad debe ser algo más. Debe aprender a mover la emoción de aprender. No es solo la formación de la herramienta, sino también lo que abre la emoción, el destello que dinamiza la entrada de conocimiento. Y esa formación cuesta. La universidad debe asumir que es más una generadora que distribuidora de conocimiento".