Períodos críticos del desarrollo prenatal humano
26 de noviembre de 2019
Por Elsevier Connect
Ilustración esquemática de los períodos críticos del desarrollo prenatal humano. Durante las primeras 2 semanas del desarrollo el embrión no suele presentar susceptibilidad a los teratógenos; en esta fase, un teratógeno destruye todas o casi todas las células, dando lugar al fallecimiento del embrión, o bien sólo lesiona unas pocas células de manera que el producto de la concepción se puede recuperar y el embrión se desarrolla sin defectos congénitos. El color rojizo indica los períodos de gran sensibilidad en los que pueden aparecer las malformaciones congénitas graves (p. ej., amelia, ausencia de los miembros, defectos del tubo neural, espina bífi da quística). El color azul indica las fases en las que hay una sensibilidad menor a los teratógenos, cuando pueden aparecer los defectos congénitos de grado menor (p. ej., pulgares hipoplásicos). CIA, comunicación interauricular; CIV, comunicación interventricular; TA, tronco arterioso; SNC, sistema nervioso central.
La fase en la que se encuentra el desarrollo de un embrión cuando se expone a un agente teratogénico, como un medicamento o un virus, determina su susceptibilidad al teratógeno. El período más crítico del desarrollo es el correspondiente a la época en la que la división celular, la diferenciación celular y la morfogénesis están en sus niveles máximos. En la infografía que os compartimos hoy, tomada de la obra de referencia para los estudiantes de Medicina, Embriología clínica, 10ª ed. Moore, K.L se abre en una nueva pestaña/ventana., abordamos los períodos críticos del desarrollo prenatal humano.
Períodos críticos
El período crítico del desarrollo del encéfalo tiene lugar entre las semanas 3 y 16, pero el desarrollo del encéfalo también se puede alterar después de dicho período debido a que es un órgano que todavía experimenta diferenciación y crecimiento rápido en el momento del nacimiento. Los teratógenos pueden causar deficiencia mental durante los períodos embrionario y fetal.
El desarrollo de los dientes continúa durante mucho tiempo después del nacimiento; por tanto, el desarrollo de los dientes permanentes puede estar alterado por las tetraciclinas desde las 14 semanas de vida prenatal hasta los 8 años de vida posnatal. El sistema esquelético también muestra un período crítico de desarrollo prolongado que se extiende hasta la niñez; el crecimiento de los tejidos esqueléticos representa un parámetro adecuado para calibrar el crecimiento general.
Las alteraciones ambientales que tienen lugar durante las primeras 2 semanas desde la fecundación pueden interferir con la división del cigoto y la implantación del blastocisto, causando su fallecimiento precoz y aborto espontáneo del embrión; sin embargo, no se ha demostrado que las alteraciones que ocurren durante las primeras 2 semanas causen defectos congénitos. Los teratógenos que actúan durante las primeras 2 semanas destruyen el embrión o ven compensados sus efectos de desestructuración por las potentes propiedades reguladoras del embrión joven. La mayor parte del desarrollo que ocurre durante las primeras 4 semanas está relacionado con la formación de estructuras extraembrionarias, como el amnios, la vesícula umbilical y el saco coriónico. El desarrollo del embrión se altera con mayor facilidad cuando se están formando los tejidos y los órganos. Durante este período de organogénesis (entre las semanas cuarta y octava; los teratógenos pueden inducir defectos congénitos importantes. Algunos defectos fisiológicos, como malformaciones morfológicas de grado menor en las orejas, y algunos trastornos funcionales, como la deficiencia mental, pueden deberse a la alteración del desarrollo durante el período fetal (desde la novena semana hasta el nacimiento).
Algunos microorganismos, como Toxoplasma gondii, causan defectos congénitos graves, especialmente en el encéfalo y en los ojos, cuando infectan al feto. Cada tejido, órgano y sistema de un embrión muestra un período crítico durante el cual se puede desestructurar su desarrollo. El tipo de malformación congénita que aparece finalmente depende de las partes, tejidos y órganos que exhiben una susceptibilidad mayor en el momento en el que se exponen al teratógeno. Los ejemplos que se recogen a continuación ilustran el hecho de que los teratógenos pueden afectar a distintos órganos y sistemas que se están desarrollando al mismo tiempo:
Las dosis elevadas de radiación ionizante causan malformaciones en el SNC (encéfalo y médula espinal) y en los ojos.
La infección por el virus de la rubeola causa defectos oculares (glaucoma y cataratas), sordera y malformaciones cardíacas.
Medicamentos como la talidomida inducen malformaciones en los miembros y otros defectos (p. ej., cardíacos y renales).
En las fases iniciales del período crítico del desarrollo de los miembros, la talidomida causa malformaciones severas, como meromelia, que consiste en la ausencia de una parte de los miembros superiores, inferiores o ambos. Una vez pasada la fase más sensible, la talidomida causa malformaciones de grado leve a moderado en los miembros, como hipoplasia del radio y del cúbito. Las tablas cronológicas embrionarias son útiles a la hora de considerar la causa de una malformación congénita humana; sin embargo, no hay que asumir que los defectos se deben siempre a un único acontecimiento que tiene lugar durante el período crítico, ni tampoco que es posible determinar a partir de estas tablas el día en que tuvo lugar un defecto concreto.
Todo lo que puede afirmarse es que el teratógeno pudo haber actuado negativamente sobre el desarrollo antes del fi nal del período más crítico del tejido, la parte anatómica o el órgano afectados. Por ejemplo, el período crítico del desarrollo de los miembros va desde el día 24 al día 36 tras la fecundación.
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